Nia Escolà / Mar Martí - Solsona - La temporada de setas ya ha arrancado en el Pirineo, aunque todavía con producciones bastante bajas. Así lo ha asegurado a ACN el micólogo e investigador del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), Juan Martínez de Aragón, quien ha asegurado que del centenar de parcelas donde realizan seguimiento sólo han encontrado setas en una veintena. Se trata de las comarcas donde llovió en agosto y a principios de septiembre como el Ripollès, el norte del Berguedà, la Cerdanya, la Val d'Aran y el Alt Urgell. El experto asegura que se prevé que sea una campaña "decente" con unas producciones medias de entre 50 y 60 kg/ha, pero mucho mejor que las de los últimos cinco años, ya que fueron "desastrosas" por culpa de la sequía.
Los coches aparcados en los arcenes de las carreteras indican que ya ha comenzado la temporada de setas. Así lo constata el investigador del CTFC Juan Martínez de Aragón, aunque advierte que lo ha hecho de forma muy irregular y en poca cantidad. “No debemos pensar que iremos al bosque y podremos llenar la cesta. Hay setas pero deben buscarse”, asegura. Las comarcas donde ya han empezado a fructificar son la Cerdanya, el Alt Urgell, la Val d'Aran, el Ripollès y el norte del Berguedà.
Las previsiones iniciales del CTFC es que ésta sea una campaña “decente” y que la producción de setas se sitúe en torno a los 50 o 60 kilos por hectárea. "Los mapas nos indican que no habrá ninguna anomalía respecto a la pluviometría y, según los datos que tenemos de los últimos 25 años, podemos decir que se prevé que sea una campaña más o menos buena", detalla el investigador. Sin embargo, recuerda que el bosque sufre un déficit de agua muy importante y debe recuperarse. “Los árboles deben hidratarse y coger energía y el crecimiento de los hongos dependen de los árboles”, expone.
Además, el micólogo alerta de que habrá que estar muy atentos a la climatología porque las setas para fructificar necesitan que siga lloviendo y, sobre todo, que no bajen mucho las temperaturas. Hay algunas variedades como los ceps que, si hiela, ya desaparecen. En estos momentos, las setas que ya se pueden encontrar en los bosques son los ceps, níscalos, rebozuelos y apagallums.
Es el caso del Berguedà, donde desde la Peña Boletaire de Berga explican que ya se están encontrando níscalos, fredolics, carletes y piernas de perdiz. Su presidente, Ramon Minoves, dice que en estos momentos la temporada “no tiene nada que ver” con la campaña del año pasado, ya que en los últimos meses ha llovido en la comarca. "Los bosques se han revertido y se prevé una buena producción de setas", asegura. Sin embargo, advierte que la naturaleza es "muy delicada" y "el clima es como es y quizá para de llover".
El mercado de la seta de Cal Rosal arranca 10 días antes
El mercado de la seta de Cal Rosal (Berguedà) -el único de Cataluña que abre a diario durante la temporada de setas- ha abierto este año 10 días antes que el año pasado gracias a las lluvias de principios de septiembre. El día 9 de septiembre el mercado arrancó la temporada y está previsto que los paradistas estén, al menos, hasta noviembre.
Marcela Pavel, una de las paradistas, explica que estos últimos días las variedades que tienen más son los camagrocs, rebozuelos, níscalos y setas. Asegura que las setas provienen de zonas cercanas como el Berguedà y la Cerdanya. En estos momentos los níscalos y los ceps los tienen a 22 euros el kilo, mientras que los rebozuelos y camagrocs rondan los 15 euros. "Cuando se hagan más setas los precios bajarán", explica Pavel.
Convivencia en el bosque
La alta afluencia de buscadores de setas en el bosque ha generado en los últimos años problemas de convivencia. Minoves cree que "la masificación del hecho buscador de setas no es buena" y pide que la gente que haga esta actividad "sea sensible y respetuosa con las personas que viven en masías y tienen ganado". “A veces a los urbanitas les cuesta entender esto. Hay que hacer un esfuerzo”, pide. En este sentido, reclama a las administraciones que impulsen alguna regulación de acceso al bosque y también de la venta de setas. En cuanto al consumo propio, asegura que como peña buscadora de setas defienden “el acceso libre al bosque por un uso doméstico y tradicional. Tal y como se ha hecho siempre en los bosques de Catalunya”.
Por su parte, el micólogo del CTFC asegura que el hecho de que mucha gente pase por una misma zona de forma constante puede afectar a la fructificación de setas. "El hecho de pasar muchas veces por un mismo terreno provoca que se compacte la tierra y esto hace que se pierdan algunas características de oxígeno y drenaje y se pierden especies de setas que están asociadas a este tipo de suelo", expone.