Calucha, cocina personalizada para satisfacer cualquier capricho

Calucha se lleva el premio 'mejor gastrobar' por la Asociación de Periodistas y Escritores Gastronómicos de Baleares (APEGIB)

Calucha, cocina personalizada para satisfacer cualquier capricho

CM/Maó - Platos elaborados con productos del mercado, con una más que interesante carta de vinos, y un entorno espectacular hacen del bar restaurante Calucha (Moll de Llevant, 306, Maó - 610 217 356) un motivo de visita más que obligado. Las tostadas, los montaditos, la tortilla de patatas receta de su madre que ya se ha convertido en legendaria o los bocadillos mini que conocidos como caluchitos son una muestra de lo que el cliente puede encontrar en Calucha, que acaba de recibir el Premio al Mejor Gastrobar de la Asociación de Periodistas y Escritores Gastronómicos de las Islas Baleares.

Un lugar especial donde poder degustar desde un sorprendente bocadillo de morcilla con croquetas de endibia, una tortilla poco hecha con queso tierno y alcaparras, un escabeche de pulpo y mejillones, o una caldera de langosta.

Biel Sintes, un antiguo profesor de tenis y pádel reconvertido en restaurador, ha hecho posible el milagro de poder contar con un gastrobar que encarna como ningún otro el concepto de personalización de la cocina que los buenos amantes de la gastronomía tanto saben valorar. Biel, que había mamado en casa desde los quince años el sabor de la buena cocina, no lo pensó dos veces y abrió en abril de 2018 Calucha, apodo familiar que hace honor a su padre ya su abuelo y que se vincula en el mundo del fútbol.

La cocina de Calucha es una cocina personalizada, adaptada a cada cliente ya sus caprichos. Buenos pescados, contundentes peroles a la menorquina de calamar o de raya, pescado frito, ensaimadas rellenas de queso de Mahón, pulpo con cebolla, sepia con guisantes, albóndigas con salsa de almendras, berenjenas a la menorquina... las mejores preparaciones salen de los fogones de Calucha para satisfacer los gustos más exigentes de sus clientes.

Y todo, o al menos un elevadísimo porcentaje, elaborado con materias primas autóctonas, desde la carne de roja menorquina y los embutidos, hasta los pescados y mariscos de Sa Llotja, las verduras y hortalizas, los quesos, la sobrasada, el morcilla o el cerdo autóctono. Un premio merecido.