Conafe, la Confederación de Asociaciones de Frisona de España, ha hecho público el listado de las mejores fincas criadoras del país. Y, 12 de estas fincas, son de Menorca. Estas calificaciones ponen de relieve el excelente trabajo que se realiza en los predios menorquines, que compiten con grandes fincas de la península, sobre todo de Asturias, Cantabria y Galicia. Destaca el hecho de que, de las doce de Menorca, cinco están en las primeras 50 posiciones, siendo Son Vives (Ferreries) la que ha puntuado más alto, quedando en sexta posición. Además, Catalina Pons, quien lleva la finca de Son Quart y también es presidenta de FAGME, remarca el hecho de que casi se ha duplicado el número de ganaderías destacadas dentro de este listado respecto al año anterior, poniendo en valor el trabajo que se realiza en la isla.
A finales de enero, Conafe hizo público el listado de las 100 ganaderías criadoras con una calificación más alta. Para poder ser calificadas, se han considerado las ganaderías con 17 o más reproductoras, con el 85% de las vacas de 36 o más meses calificadas, con un porcentaje inferior al 5% del Registro Auxiliar A sobre el censo de reproductoras, y un mínimo de 10 animales nacidos y calificados. Las calificaciones puntuaron desde los 87,71 de la finca Gan. Diplomada Badiola S.L de Asturias, en primera posición; hasta los 82,83 de la finca Casa Celedonio, de la propia comunidad.
Mientras que el listado de las 100 mejores fincas criadoras de 2003 posicionaba a siete fincas de Menorca (Son Vives, Arenetas, Son Usina, Bini Llubet, Son Quart, Algendar de Gomila y Son Piris), el ranking de 2024 suma las fincas de Son Alzina SRM, La Trinidad, Torre Trinitat, Torre mientras que la de Son Usina sale del listado. Sin embargo, el caso más destacable es el de Son Vives, que en 2023 ya hizo la 16 posición y, este año, sube hasta la sexta. Llevan ya unos cinco años dentro de este listado. Pero, ¿cómo lo hacen?
Joan Coll Fullana lleva la explotación de Son Vives, en Ferreries, junto con su hermano Geroni. Son también propietarios de la finca, y asegura tener vacas por el gusto que toman con ellas. “Lo hacemos por hobby, es lo que nos gusta y lo hacemos a gusto. Me gusta tener vacas que son buenas, disfruto con el trabajo y ahora mismo tenemos un grupo muy compensado.”
“No tenemos ninguna compensación económica, pero este tipo de reconocimiento suponen una satisfacción por el hecho de que se valora el trabajo anual; y no sólo de este año, sino el trabajo que empezamos a realizar hace 10 años, porque nos describen como mejor ganadería criadora. La selección y elección de los toros y las vacas no es un proceso de dos o tres años, sino mucho más”, comenta.
“Aun así, con Jerónimo, mi hermano, encontramos que hemos ido muy rápido. Vernos entre los 10 mejores criadores de España es una gran alegría. De hecho, nuestro objetivo es mantenernos dentro de estas diez primeros y subir”. Sabe que es un objetivo que no sólo depende de ellos, y que es posible que haya fincas que mejoren en poco tiempo y puedan obtener mayor puntuación. Pero Joan muestra confianza y, sobre todo, empuje, para poder mantener esa buenísima puntuación. "Tener más de 85 puntos es un mérito muy grande", asegura. Especialmente, si se comparan las 46 reproductoras -unas 60 reses-, con las grandes ganaderías del norte de España, donde se cuentan por cientos en una sola finca.
El nombre de Son Vives suena también en marzo, durante el Concurso Morfológico de vaca frisona que se celebra el fin de semana de la Feria del Campo en Alaior. Es el caso del 100% de fincas que han entrado en el listado. Por ejemplo, en Son Vives llevan dos años seguidos que realizan segundo mejor criador y mejor vaca joven campeona. También ocurre con Son Quart, que ha obtenido varios premios en el concurso de Alaior. Pero que ha dado un paso más este 2024 yendo al concurso nacional junto a la finca de Binialcalà.
"Es diferencial que, todos los que estamos dentro del listado, vamos al concurso morfológico, lo que ya muestra el gusto que ponemos", comenta Catalina Pons. Es también significativo del mapa criador menorquín ver que, de los 12 sitios que han entrado en el listado de Conafe, 8 sean de Ciutadella. “Esto muestra la tradición que tenemos en el municipio de mantener el campo y trabajar con la frisona. Aunque tenemos un lugar de Mahón, dos de Es Mercadal y uno de Ferreries que también están muy bien puntuados. El trabajo se hace bien allá donde se le guste, y este listado es un ejemplo. Y, a la vez, un empujón para seguir adelante pese a las dificultades”.
Es ese gusto al que apuntan tanto Pons como Coll lo que hace que salgan buenos animales. Y es todo un arte. Según Catalina Pons, buena parte del trabajo es el ojo a la hora de realizar cruces entre toros y vacas. “El propio toro no será bueno para todas las vacas, debemos elegir bien para obtener los mejores resultados. Intentamos hacer los mejores abastecimientos posibles, a fin de mejorar la raza.” Pero también apunta a que obtener buenos animales es también cuestión de ponerle ganas. “Es nuestro pan, y tener mejores vacas significa ir avanzando. El gusto que ponemos también hace mucho.”
Recortar distancias con grandes ganaderías del norte de España, donde las condiciones de trabajo y los recursos nada tienen que ver con Menorca, suma mérito al trabajo que se está haciendo aquí.
Como comenta Joan Coll “tenemos que picar mucha piedra aquí, si nos comparamos con las ganaderías del norte de España. Allí, el campesino se dedica sólo a las vacas. Aquí debemos ordeñar, quejar, labrar, sembrar… El trabajo es muy diferente, y no se les debe quitar mérito a ellos ni ponernos a nosotros, pero es cierto que las condiciones no son las mismas.”
Sí son comparables, sin embargo, altísimos resultados, lo que por Catalina Pons augura un buen futuro para la frisona menorquina.