La Semana Santa es una de las celebraciones religiosas más importantes en Menorca y, como en otras muchas tierras mediterráneas, las tradiciones gastronómicas juegan un papel fundamental en estas fechas. En el caso de la isla de Menorca, uno de los platos que más destaca durante estos días es el bacalao, que, como ingrediente emblemático de la cocina de la Cuaresma, se prepara de diversas formas en los fogones menorquines. El bacalao, pescado en aguas frías y salado por su conservación, se convierte en uno de los pilares de la dieta de Semana Santa, una época en la que las tradiciones religiosas influencian profundamente la cocina popular de la isla.
La presencia del bacalao en la cocina de la Semana Santa no es casual. Como en otras regiones del Mediterráneo, el bacalao se convirtió en un alimento básico durante la Cuaresma por sus características. Los días de ayuno y abstinencia, en los que se prohibían los alimentos de origen animal como la carne, el pescado salado era una excelente alternativa. Este pescado se podía conservar durante más tiempo gracias a su proceso de salar y, además, podía consumirse de múltiples maneras, permitiendo a los habitantes de la isla disfrutar de una dieta variada durante las estrictas restricciones religiosas.
El bacalao, también conocido como “pez de Cuaresma”, es un elemento imprescindible en las mesas menorquinas de Semana Santa, como reflejo de la influencia de las tradiciones religiosas en la cocina local.
En Menorca, el bacalao se prepara de diversas formas según la tradición y los gustos locales. Uno de los platos más conocidos es el bacalao con puerros, una combinación deliciosa del pescado con una salsa hecha de puerros, cebollas, ajos, cebollas tiernas, crema de leche y pimentón. Esta preparación es una muestra perfecta de la cocina mediterránea, en la que los ingredientes frescos y de temporada se unen con el bacalao, creando un plato sabroso y nutritivo.
Otra preparación típica es la panadera de bacalao en la que el pescado se cuece junto con patatas, verduras de temporada, huevos duros y otros ingredientes como el ajo, el aceite de oliva y el pimentón. Este plato, sencillo pero lleno de sabor, es un reflejo de la cocina tradicional de la isla, en la que los productos locales y las técnicas de cocción sencillas pero efectivas son la base de muchos platos.
Además, el bacalao suele presentarse en forma de buñuelos, conocidos localmente como raolas de bacalao, donde el pescado se desmiga y se mezcla con ingredientes como la escarola, cebolla y ajos picados, harina y huevos para obtener unas raolas que, una vez fritas, resultan crocantes por fuera y tiernas y esponjosas en su interior. Estas raolas son un delicioso aperitivo o tapa que acompaña perfectamente cualquier comida de Semana Santa.
Otra variante, mas conocida pero no menos sabrosa, es el bacalao con garbanzos, una sopa caliente que combina el bacalao con legumbres como los garbanzos y otras verduras. Esta preparación es ideal para combatir el frío que puede acompañar a la primavera, especialmente en aquellos días en los que el tiempo todavía es fresco. Los garbanzos con bacalao son un plato que, aunque sencillo, destaca por su profundidad de sabores y su capacidad para reconfortar el cuerpo y el alma.