Por Eva Remolina / AMIC - El pez mantequilla, conocido también como Lepidocybium flavobrunneum o simplemente "pez mantequilla", es un pescado de aguas profundas muy apreciado por su carne suave y sabrosa, con una textura que recuerda a la de la mantequilla, de ahí su nombre. Sin embargo, también ha generado cierta polémica y controversia por algunos problemas asociados a su consumo.
Este pez pertenece a la familia de los Gempylidae, una especie de pez parecido al atún y el pez espada que habita en aguas tropicales y subtropicales del Atlántico y el Pacífico. Es conocido por su carne blanca y rica, que contiene un alto contenido de aceites y grasas, lo que le hace particularmente gustoso y apreciado en la cocina gourmet, especialmente para hacer sushi o sashimi.
Sabor exquisito: Su textura y sabor lo hacen muy popular en la gastronomía. Tiene una carne suave que literalmente se funde en boca, lo que lo hace ideal para platos de pescado crudo, cocina asiática y preparaciones a la brasa.
Bajo en calorías: A pesar de su alto contenido en grasas, muchas de ellas son grasas saludables. Además, es un pez bajo en calorías si se consume en porciones moderadas, siendo una buena opción para dietas ricas en proteínas.
Fuente de proteínas: Como la mayoría de peces, es una excelente fuente de proteínas de calidad, esenciales para el mantenimiento de la masa muscular y el funcionamiento óptimo del cuerpo.
A pesar de sus beneficios, el pez mantequilla es conocido por algunos efectos secundarios no deseados, principalmente debidos a la presencia de grasas no digeribles, llamadas ésteres de ceras. Estas grasas no pueden ser absorbidas por el sistema digestivo humano, lo que puede causar:
Efectos laxantes: Uno de los problemas más conocidos del pez mantequilla es que su alto contenido en ésteres de ceras puede provocar diarreas grasas o "oleorrea". Este efecto laxante puede aparecer incluso si el pescado se ha consumido en cantidades moderadas.
Intolerancias digestivas: Algunas personas pueden ser especialmente sensibles a los ésteres de ceras, lo que puede causar dolores abdominales, náuseas y otras molestias digestivas.
Confusión con otros peces: En ocasiones, el pez mantequilla se vende erróneamente como otras especies, como el atún blanco, lo que puede confundir a los consumidores y consumirlo sin ser conscientes de sus posibles efectos secundarios.
Muchos expertos recomiendan moderar el consumo del pez mantequilla y evitarlo en grandes cantidades. En algunos países, incluido Japón, se han emitido advertencias sanitarias sobre su consumo, e incluso está prohibido servirlo en algunos restaurantes. Si decides probarlo, es importante empezar con pequeñas porciones y ver cómo responde tu sistema digestivo. También se recomienda cocinar bien para ayudar a eliminar parte de las grasas no digeribles, aunque esto no garantiza completamente la ausencia de efectos secundarios.