El raor

Bep Al·lès – El pasado día primero de septiembre comenzó el período de pesca del raor en nuestras islas, uno de los pescados más preciados por su carne blanca, fina y sabrosa, que lo hace uno de los tesoros más buscados por las barcas de recreo. De hecho, el domingo se podían ver a cientos las barcas que buscaban el blanco, que es donde se pesca este pescado de temporada y del que el Club Náutico Ciutadella celebra uno de sus campeonatos más esperados.

Su nombre científico es Xyrichthys novacula y pertenece a la familia de los lábridos. Habita en los fondos de arena localizados entre los 5 y los 35 metros de profundidad y se muestra muy activo en los meses de verano, mientras que a lo largo de los meses de invierno o de más frío permanece enterrado en la arena. Los encontraremos en el Mediterráneo, pero también en el Atlántico. En Cataluña se conoce como "Lorito".

Es un pez que se organiza en grupos más o menos numerosos, formados por un macho que domina una vasta superficie de fondo marino, y su harem de hembras. De día es cuando sale a alimentarse, mientras que por la noche duerme enterrado bajo la arena para curarse de sus depredadores. Los ejemplares más grandes pueden llegar a pesar de 150 a 220 gramos y su forma es muy comprimida, que nos recuerda a una hoja de afeitar y de ahí su nombre de raor. Además dispone de dos dientes afilados, que clava con facilidad y que pueden producir mordeduras muy dolorosas a los pescadores si no alertan a la hora de desempescarlos.

Es un pez que suele cogerse cuando el sol está bien alto y hace calor. Entre las cepas las gambas blancas y todavía hay quien mantiene la tradición del escaro de corazón de cordero, que dicen que es una de las que más funciona, ya que estos pez tiene debilidad.

En la cocina la forma más habitual es comerlos fritos, pero aquí hay una serie de debates a la hora de elaborarlos. Unos dicen que nunca deben enharinarse, otros que deben freírse con poco aceite y otros dicen que deben enharinarse y nadar en aceite de oliva bien caliente, para que queden crujientes por fuera y al punto por dentro.

Dicen que es uno de los pescados más finos del mar, con un sabor característico que les hace uno de los manjares de finales de verano más preciados tanto en la cocina menorquina como mallorquina.

En nuestra isla, además de comerlos fritos, también hay quien los hace fritos con pimientos, o algunos incluso en la parrilla, como también podemos hacer una caldera o con un arroz seco en cazuela de barro, aunque a mí, personalmente como más me gustan es recién pescados, limpiados en agua de mar y fritos con abundante aceite de oliva.

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