Enricana reafirma los anocheceres en Cala Morell

25/08/2024
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Enricana reafirma los anocheceres en Cala Morell
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Itziar Lecea - Isabella, Ivette, Francesca, Rosario... y Enricana. Todos ellos, negocios iniciados por el menorquín Xavi Coll, con vistas privilegiadas a la orilla del mar y una exquisita selección gastronómica que complementa la experiencia de los anocheceres bajo la puesta de sol. Este verano, nos acercamos en Enricana, el segundo local ubicado en Cala Morell, y que regenta su socia, Júlia Bonavila.

DANDO UNA NUEVA VIDA A LOS TROGLODITAS


La idea de abrir Enricana surgió a raíz de tener la oportunidad de recuperar un restaurante emblemático de la zona, llamado Trogloditas. “Llevaba años cerrado, y con Xavi tratamos de volver a abrirlo. Al principio estaba bastante dejado, lo recuperamos, lo hicimos limpio de hierbas y hicimos las terrazas nuevas. Tiene unas vistas muy privilegiadas”, confiesa Julia.

Enricana, a diferencia de Ivette, es una cocina de fusión, que combina la gastronomía japonesa con toques mediterráneos. “Las recetas son básicamente japonesas, pero en platos como los uramakis, que son los rollitos de arroz con algas, procuramos poner producto de aquí, aparte de tener alguna tapa y producto totalmente mediterráneo. Así, si hay un grupo de personas dentro del que no gusta el japonés a todas, tienen una alternativa para comer igualmente a Enricana. De esta forma no lo limitamos sólo al público que le gusta el japonés. En la carta, por ejemplo, tenemos un entrecot.”

La idea de abrir un nuevo mercado de comensales con gastronomía japonesa está ahora un poco más extendido. Pero, hace tres años, cuando Xavi y Julia abrieron Enricana, no era tan común. “Intentamos ofrecer un tipo de cocina que era difícil de encontrar en ese momento. Además, el entorno de Cala Morell, con las vistas a la bahía, y en verano, con el calor, encontramos que ofrecer algo fresco y ligero para comer era lo más indicado. Queríamos destacarnos del resto de cocina que se puede encontrar en los restaurantes que se encuentran en la costa menorquina, por lo que no tenemos calderetas ni langostas.”

EL GUSTO POR LO MENORQUÍN


Aunque la estrella de Enricana es la comida japonesa, Julia comenta que “hay mucha gente que viene de fuera que nos pide producto menorquín, por lo que, centrarnos en sólo en solo ofrecer comida nipona, nos parecía un error. Tenemos, por ejemplo, unas croquetas de sobrasada y queso de Menorca que, las personas que son de fuera de la isla, siempre las piden. También tenemos quesos con higo, vinos de la isla. Recordamos que estamos en Menorca e intentamos sacar producto de aquí.

Sin embargo, ocupan los primeros puestos de demanda los uramakis, especialmente los que han bautizado con el nombre del restaurante. “El Enricana Roll y el Enricana Hot, que está tempurizado. También gusta mucho el California Salmon especial, los edamames salteados con aceite de trufa o los langostinos tempurizados. Y de postre, está gustando mucho el suflé de limón, que termina con una nota fresca y hace que la cena sea más ligera.”

Aparte de la carta de comida, en Enricana tienen una extensa variedad de cócteles, que hacen ellos mismos. “Tenemos algunos que son elaborados con sake, que es el licor de arroz típico de Japón. Aunque también he añadido bebidas más conocidas, como los mojitos hechos con fruta natural. Y hemos revisitado el Negroni, que es un aperitivo italiano que hacemos con gin de Menorca.
Normalmente, son bebidas que se toman antes de cenar o para acompañar la comida”, cuenta Julia.

EL PÚBLICO DE ENRICANA


Aunque es un local con vistas privilegiadas, Enricana cuenta con clientela fiel que valora mucho más su apuesta gastronómica que el entorno. “Tenemos mucha gente que veranea en Cala Morell y que viene cada semana durante el verano, y también tenemos clientes que son residentes en Menorca que se atracan hasta Enricana. Hemos tenido comensales que han llegado hasta Enricana sin conocer nada de la cocina japonesa, y que directamente nos dicen que les recomendamos qué comer. Me parece muy chulo ver cómo hay personas de la isla que se atreven a probar cosas nuevas y que repiten. Así, incluimos unos uramakis en tempura, que están hechos con un golpe de freidora y el pescado ya no está crudo, que es lo que a veces no acaba de gustar. Es una buena manera, sin embargo, de entrar en este tipo de gastronomía”, asegura Julia.

En cuanto a las sensaciones de esta cuarta temporada, Julia dice que “nuestro éxito es ver que la gente vuelve no por las vistas, que son espectaculares, sino que vuelve por la comida. Estamos consiguiendo que el cliente que vuelva aprecie más la comida que el lugar, que impresiona a primera vista.”