Como todo ciclo o estación el otoño tiene una cocina propia, una cocina que nos prepara poco a poco para recibir los fríos del invierno, relacionada con los potajes con patatas, judías que acompañaremos de carnes o pescado para hacer guisos ; también es tiempo de hacer las últimas conservas con la fruta del verano como la de higos o el arrope de uva o de higo chumbo con el que acompañaremos los buñuelos de Todos los Santos. Es también tiempo de manzanas, de azufaifas, granadas, membrillos, caquis y mirtillos.
Es también tiempo de cocina de cazadores, con las cacerías de zorzales, bien con escopeta o hilados, y si ha llovido bien es el otoño el tiempo de las setas, de nuestros preciados níscalos, setas de cardo y rebozuelos, que nos harán gozar de ellos en la cocina elaborados a la parrilla, fritos, al horno con sobrasada o para acompañar arroces y platos de caza.