La diversidad del tomate en Menorca, por Pere Fraga

Miriam Triay / Ciutadella – El botánico y amante de la naturaleza, Pere Fraga, siempre está a favor de fomentar el producto local, y así lo demuestran sus artículos y actos de divulgación. Gran apasionado de las plantas y árboles locales de la isla -tema con el que publicó un libro con Setmanaris i Revistes SL: Árboles y plantas de Menorca-, constantemente está buscando la forma de poder seguir enseñando su conocimiento, y cumplir uno de sus grandes objetivos: que no se extingan ni caigan en el olvido las variedades locales de plantas.

DIVULGAR EL CONOCIMIENTO
Con esta misión como bandera personal y profesional, uno de los sistemas que presenta para su divulgación, recae en las charlas. El año pasado ya organizó una sobre los melones, ya que, como él mismo nos comenta, es una de las plantas más complicadas y extensas en cuanto a variedad.

Este año, siguiendo con esta misma idea, y después de haber estado haciendo inventario durante un largo tiempo, ha decidido centrar la charla en los tomates de Menorca. Mostrando la riqueza que puede llegar a tener esa hortaliza.

LOS TOMATES

Según lo que nos explica el botánico, "como cultivo, el tomate es muy variado y abundante, debido a la insularidad y el autoconsumo que hubo hace más de tres décadas en Menorca".

Una hortaliza que, como remarca, es relativamente moderna, ya que llegó de América. Y hasta el descubrimiento, no se cultivaba. "Así como el melón tiene más de mil años de historia, el tomate como mucho tiene trescientos, por tanto, realmente todavía es un grupo en evolución".

Sin embargo, en evolución o no, es una hortaliza que presenta variedades locales en peligro de extinción. Ya que, “algunas de estas variedades se están perdiendo por la irrupción de las más comerciales”. Y una vuelta perdida la especie, no puede volver a recuperarse. “No existe la receta para volver a cultivarla, se debe preservar mientras todavía está presente”.

SEGÚN PERE FRAGA
Sin querer desvelar gran cosa, ya que lo importante es asistir a esta charla donde, si todo va bien, Pere Fraga llevará ejemplos de diversas especies para que la gente pueda ver y apreciar lo que explica -pudiendo distinguir la hortaliza según su uso , aspecto y zona de cultivo, entre otros-; haremos cuatro céntimos de lo que puede esperar el asistente en el Patio de Can Saura, mañana, 14 de agosto.

“Como he dicho, existen muchos tipos de tomates. Tenemos toda clase; algunos muy antiguos, como el de mèrvel, que apenas está modificado. Los de colgar, los de hierro, o los tomates que  se emplean para la ensalada. Ya que, y aunque en Ciutadella digamos tomate a todos, el nombre genérico es tomàtic. Cada uno de ellos empleado por distintas cosas. Los de colgar solían guardarse para el invierno. El de ensalada, por ejemplo, es de consumo inmediato. Y también hay pequeñas variaciones según el municipio/pueblo donde se cultive. Así, y aunque sean muy similares, cada uno tiene su variedad”.

En la charla, además de entender las variedades, de conocerlas, de salvarlas del olvido, pudiendo incluso tocarlas; también se hablará de sus orígenes, de su cultivo, de las técnicas empleadas, que tampoco deben perderse; y de las enfermedades y plagas, dando algunos consejos al respecto. “Las razas cultivadas son más propensas a tomar enfermedades que las silvestres. Por tanto, si se hibridan, por ejemplo, pueden hacer que las cultivadas estén más seguras en este sentido. Aunque también depende de cada variedad, las de fruto mayor, dado que a la planta le implica un mayor esfuerzo, tienen menos defensas”.

Y así, haciendo un repaso por la historia de la hortaliza con la isla menorquina, se abordará, como ya es habitual ante conversaciones en torno al producto local, el desplazamiento que sufren las plantas de aquí, frente a las de fuera, que les comen terreno y siguen siendo la preferencia en los espacios industriales, y que hacen que las de aquí queden relegadas a un segundo plano, por el autoconsumo, y con una mínima conservación.

Todo esto y más se tratará mañana, 14 de agosto, en el Patio de Can Saura, a las 20:30 h, a manos de Pere Fraga. Un botánico, amante de la naturaleza que, sabedor de la importancia de la divulgación, pretende ayudar a las plantas locales, transfiriendo los conocimientos de cultivo, de origen y de tratamiento/técnica, para poder llegar a una convivencia armónica, sin tener que ver cómo algunas de nuestras frutas u hortalizas locales desaparecen.