La gastronomía de Sant Antoni en Menorca

La gastronomía de Sant Antoni en Menorca

Bep Al·lès / Ciutadella – De la fiesta de San Antonio, patrón de Ciutadella desde la reconquista cristiana de la isla y Día del Pueblo de Menorca desde 1981, podemos decir que es uno de los pocos casos donde no tenemos una gastronomía propia de esa fecha o que bien se ha perdido, a excepción de los dátiles, naranjas y hasta hace poco los palmitos, que se venden en el mercado de la plaza del Hospital y que rememoran los años del santo eremita en el desierto, o del caldo con lo que se obsequia a las autoridades cuando hacen la visita al antiguo hospital de los antonianos. También está la rifa del cerdo, un cerdo que antaño era muy valorado, porque con él todavía estaban a tiempo de hacer matanzas, cosa que les aseguraba disponer de carne, huesos, embutidos y manteca de cerdo para pasar el resto del invierno, a los agraciados de la rifa.

El día de Sant Antoni es costumbre la celebración de una comida familiar, y si seguimos las costumbres gastronómicas de las grandes celebraciones en Menorca, posiblemente el plato principal de esta diada era y todavía se mantiene esta tradición a muchas familias, el cordero horno con patatas, mechado con aceitunas, trocitos de manteca de cerdo y de sobrasada, acompañado de patata nueva.

Barret de Sant Antoni

Barret de Sant Antoni. Rels Restaurant. Foto: Bep Al·lès© Barret de Sant Antoni. Rels Restaurant. Foto: Bep Al·lès©

En el libro “Sa cuina de ca n'Squella” hay una receta que nos aporta el manuscrito de la noble familia de los marqueses de Menas Albas, que viene a hablar de un relleno que lleva por nombre “Barret de Sant Antoni”, y que nos hace pensar si sería éste el relleno con el que se cocinarían los asados ??para conmemorar esta celebración, la más antigua de los cristianos menorquines. Con éste se podrían rellenar piernas de cordero, cochinillos, capones o gallinas…

Si en Navidad el relleno más antiguo para los asados ??es el de cuscussó, que después evolucionó hacia un dulce o turrón antiguo (también lo hizo el manjar blanco, que evoluciona y pierde su proteína cárnica para convertirse en el postre de la fiesta de San Juan), no descartaremos que este barret de sant Antoni formara parte, antiguamente, del recetario para celebrar la reconquista cristiana de la isla.

Por tanto podemos asegurar que el barret de sant Antoni era uno de los rellenos más corrientes en los siglos XVIII y XIX y no sólo en Menorca, sino que también en Mallorca y servía para rellenar todo tipo de carnes asadas.

Debemos recordar que muchas familias nobles de Ciutadella, para evitar la consanguinidad se casaban con familias nobles o acomodadas de Mallorca, como es el caso de los Squella de Ciutadella, que al casarse con los Rossinyol estaban emparentados con la nobleza mallorquina.

Este relleno, junto con el de Rei en Jaume, eran de los más preciados en la isla vecina, y los encontramos en el libro de Fra Jaume Martí y también en “Sa cuynera mallorquina”.

Sería posible que éste fuera el plato que acostumbraba a comer la nobleza menorquina por la fiesta de Sant Antoni en Ciutadella, patrón de la ciudad en el que es costumbre antigua comer cordero al horno.

También en el recetario de los Squella encontramos unos panellets de Sant Antoni, que junto con las tartas de almendra podrían ser el postre de la fiesta del que hoy es el patrón de toda la isla.

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