Guifré Jordan/Barcelona - Cataluña ha perdido la mitad del volumen de pesca marítima en una década. Según datos del departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, el pasado año se capturaron 16.560 toneladas pesqueras, una cifra que refleja la tendencia a la baja desde las 32.016 de 2013. En 2020 la actividad cayó un 20% respecto al año anterior y, lejos de recuperar los niveles prepandémicos, las capturas han continuado cayendo desde de semillas. Las embarcaciones pesqueras también han retrocedido progresivamente en los últimos años y en septiembre del 2024 han tocado fondo en las 597. Una tercera parte de la flota pesquera catalana tiene su base en las Terres de l'Ebre, y el puerto de la Ràpita es donde están adscritas más naves, con 95.
Durante los años 90 del siglo pasado, cada año se capturaban entre 40.000 y más de 60.000 toneladas de pescado cada año, una cantidad que se estabilizó en unas 30.000 toneladas en la década siguiente. En los últimos diez años el volumen ha continuado cayendo hasta las cerca de 16.000 toneladas del pasado año.
Más de la mitad de la pesca en 2023 es de pescado azul (8.852 toneladas), es decir, especies como el boquerón o la sardina –las más populares–, mientras que una cuarta parte es de pescado blanco, que incluye los peces de roca como la merluza y el rape (4.258 toneladas). Ambos grupos biológicos van a la baja, mientras que los crustáceos –como el cangrejo, la gamba o la galera– se mantienen (1.803 toneladas el pasado año). A su vez, más de la mitad de los cefalópodos –es decir, pulpos, sepias y calamares, entre otros– que se capturaban hace una década se han perdido (1.280 toneladas en el 2023).
El recorte en pez capturado impacta también en el valor global que se genera, 89,2 millones de euros en 2023, un retroceso del 9,2% respecto al año anterior. En 2020 se bajó de los 100 millones de euros de negocio por primera vez desde al menos en 1993, y esta cota ya no se ha vuelto a alcanzar. En 2022, la pesca representaba alrededor del 1,6% del valor monetario de la producción final del sector primario.
El declive de la pesca marítima se explica también por el progresivo abandono de las embarcaciones. Si en el 2003 había 1.358, dos décadas después más de la mitad ha desaparecido y a finales del 2023 había 617 activas. La tendencia prácticamente no ha tenido freno en los últimos 20 años, y en 2024 apunta a una nueva reducción de la flota, ya que en septiembre de este año el censo ya ha descendido a 597.
La Ràpita, el puerto pesquero más importante
Las Terres de l'Ebre acaparan una tercera parte de la flota pesquera del país, con 191 embarcaciones en cinco puertos: la Ràpita (95), L'Ametlla de Mar (44), Deltebre (27), L'Ampolla (14) y las Casas de Alcanar (11). Vilanova y la Geltrú (Garraf) es el segundo puerto pesquero más grande, con 53 naves censadas, mientras que Arenys de Mar (Maresme) es el tercero, con 50, por delante de Palamós (Baix Empordà) y Blanes (Selva), con 45 cada uno.
En conjunto, la mayoría de naves pesqueras son de artes menores (316), por encima de las de arrastre (198), las de cerco (60) y las de palangre (23).
El de la Ràpita es también el puerto con más capturas, una octava parte del total catalán (2.167 toneladas) y un mayor volumen de negocio (12,3 millones de euros), seguido de Tarragona (1.795 toneladas) y Vilanova y la Geltrú (1.669 toneladas).