Para hacer este plato utilizaremos las cabezas, brazos, hígados, riñones y muslos de un par de conejos de campo, y el resto lo podemos cocinar con cebollas, con arroz o bien con tomate y pimientos rojos asados.
Pondremos a macerar los trozos de conejo -excepto los hígados y riñones- un par de horas -como mínimo- con zumo de limón y un chorro de vinagre para que se vuelvan blandos.
Pasado este tiempo ponemos aceite de oliva en una cazuela de barro y sofreímos primero los hígados y los riñones y los reservamos. Seguidamente sofreímos los cortes de conejo salpimentados y cuando cojan color, bien doraditos, los sacamos de la cazuela y los reservamos aparte.
En el mismo aceite haremos un sofrito con una cebolla grande, dos tomates grandes y 4 dientes de ajo.
Cuando empiece a confitar añadimos seis patatas peladas y cortadas en cantos y las deja sofreír un par de minutos. Seguidamente ponemos el conejo y tapamos de agua.
Dejamos que empiece a hervir y añadimos una picada que habremos hecho con el hígado, riñones, ajo y perejil, tres o cuatro avellanas y una cucharada de pimientón dulce.
Probamos de sal, corregimos si es necesario, y que hierva una media horita a fuego dulce. Removemos de vez en cuando y cuando la carne sea tierna lo servimos.