Representantes de la Conferencia Española de Consejos Reguladores e Indicaciones Geográficas de Bebidas Espirituosas visitan Destilerías Xoriguer

Integrantes de la Conferencia Española de Consejos Reguladores e Indicaciones Geográficas de Bebidas Espirituosas (CEIGBE) visitaron ayer Destilerías Xoriguer en el marco de su encuentro anual celebrado en esta ocasión en Maó. El grupo fue recibido por Adolfo Vilafranca y Xavier Pons, director general y responsable de Logística de Destilerías Xoriguer, respectivamente, quienes le acompañaron en su recorrido por las instalaciones y detallaron las singularidades de Gin Xoriguer.

La mítica ginebra menorquina cuenta con la indicación geográfica “Gin de Mahón” y constituye la única bebida menorquina incluida en este selecto grupo, en el que se integran el palo y las hierbas de Mallorca, y las hierbas ibicencas, y otras bebidas como el pacharán de Navarra, la ratafía catalana, el orujo gallego, el chinchón, el cantueso alicantino, el ronmiel de Canarias o el brandy de Jerez o el Penedés.

En total, 19 son las Indicaciones Geográficas de Bebidas Espirituosas existentes en nuestro país, el tercero en número de la Unión Europea, solo por detrás de Alemania y Francia, y en su conjunto representan el 10 por ciento de la producción total de bebidas espirituosas (19 millones de litros de bebidas con IGP sobre los 187 millones producidos en 2023).

Destaca la IGP Brandy del Penedés, que representa el 35,30% del total de la producción, siendo la primera Indicación Geográfica en volumen, seguido de Brandy de Jerez, con un 32,95% del volumen total y Pacharán Navarro, con un 15,84%. Por su parte, con un único productor en su categoría y 336.000 litros, el Gin de Mahón representa el 1,76%.

No obstante, tal y como subrayan desde CEIGBE, más allá del número de litros producidos y su valor económico, estimado en 140.618.719 €, las bebidas espirituosas con IGP se vinculan a empresas que han sabido combinar la tradición y la innovación en sus procesos productivos, siendo capaces de frenar la despoblación rural y dinamizar el tejido empresarial en lugares con pocas oportunidades de empleo.

Así, el valor de estas industrias es incalculable a la hora de preservar la cultura y la tradición y exportar marca España más allá de nuestras fronteras, garantizando altos estándares de calidad en la producción de bebidas espirituosas.