El pasado mes de julio nos dejó Eduard Eroles, maestro heladero, a la edad de 78 años, y que junto con su esposa, Maria Jesús Martí, introdujeron en Menorca los helados naturales artesanales en la década de los 80. Desde de Foodies donde Menorca queremos rendir un recuerdo hacia su persona, reproduciendo el reportaje que publicamos en el Semanario El Iris el mes de julio de 2017 con motivo de los primeros 35 años de Sa Gelateria, y que redactó Joan Mascaró con fotografías de Bep Al·lès.
Era el atardecer del 17 de junio de hace 35 años (1982) cuando Sa Gelateria de Menorca (todo de una con el nombre comercial de Helados Baixamar) abría sus puertas por primera vez en Ciutadella, en una cueva de la costa de Baixamar donde antiguamente los pescadores guardaban las barcas y sus enseres.
Allí, que era tanto el lugar de venta como de producción de los helados, Eduard Eroles Camats (El Poal -Lleida-, 1946) y Maria Jesús Martí Camps (Ciutadella, 1940), fundadores y también actuales propietarios del negocio. empezaron a servir helados y granizados de 18 gustos diferentes, haciendo entre 3 y 4 mil litros aquella temporada del debut y contando con 4 o 5 trabajadores. Tres décadas y media después, Sa Gelateria de Menorca, con ingredientes naturales y autóctonos en todo lo posible y con unos 32 trabajadores, elabora entre 70 y 80 mil litros de helado y granizado por temporada. Esto con casi 60 sabores diferentes y habiéndose convertido en todo un referente social y de la Menorca más dulce en cuanto a los helados naturales de creación autóctona y artesana, que vienen no sólo a las tiendas propias de Ciutadella y Maó sino también a otros cuatro locales franquiciados de Menorca y a través de varios supermercados y restaurantes de la isla.
Sin contacto previo con el mundo de los helados
La pregunta de unos amigos y la respuesta
Precisamente, fue a partir de quedarse Eduard sin trabajo, por la descapitalización de la empresa y su quiebra, cuando el matrimonio, con dos hijos, se planteó un cambio de rumbo en su vida, siendo entonces cuando aparecieron los helados. Ya con la empresa descapitalizada y con la predisposición de buscar una casa en Ciutadella, fue en verano de 1981 cuando vinieron a Menorca unos días de vacaciones. Y fue cenando con unos amigos cuando, a través de ellos, conocieron a unos representantes importadores de máquinas artesanas de hacer helado de Italia, y cuando surgió la pregunta: “¿y por qué no haces helados en Menorca?”
Un inicio con dieciocho gustos y con agua del Seminario
Una de tantas curiosidades de aquellos inicios es que el agua que empleaban, esto cuando entonces todavía no se vendía agua envasada en garrafas de varios litros, la iban a buscar directamente de la cisterna del claustro del Seminario, poniéndola de forma manual y tal y como también hacía otra gente particular. Esto teniendo en cuenta que debía ser buena para la elaboración tanto de los sorbetes como del granizado de limón que ya hacían y que es también una de las actuales señas de identidad de Sa Gelateria, que igualmente hacen granizados de fresa y, de forma especial, de gin con limonada. Por cierto, que otra curiosidad, esta actual y relacionada con esto que decimos, es que de limones, por San Juan y por hacer todos estos productos, exprimen un buen montón, últimamente varios cientos de kilos de este fruto.
Sin embargo, las preferencias particulares de Eduard Eroles y Mª Jesús Martí de entre estas creaciones, también todos clásicos marca de la casa, son los helados de yogur con cerezas, de yogur con mermelada de naranja (empleando yogures de la marca La Fageda y una mermelada de elaboración propia) y, quizá el principal, el de chocolate guanaja Valrhona, también con mermelada de naranja.
Los puntos de venta y aún un par de singularidades más
Sin embargo, las preferencias particulares de Eduard Eroles y Mª Jesús Martí de entre estas creaciones, también todos clásicos marca de la casa, son los helados de yogur con cerezas, de yogur con mermelada de naranja (empleando yogures de la marca La Fageda y una mermelada de elaboración propia) y, quizá el principal, el de chocolate guanaja Valrhona, también con mermelada de naranja.
Los puntos de venta y aún un par de singularidades más
Sí, porque si en junio de 1982 abrían la primera tienda en la cueva de la costa de Baixamar (aunque el obrador, por cuestiones de espacio y de adaptación a las cambiantes normativas sanitarias, en 1989 se trasladó en la calle Pedro Cortés de Ciutadella), era un año más tarde, en 1983, cuando empezaba a caminar la segunda, que fue la de la plaza de la Catedral, a la vez que en 1997 inauguraban una tercera propia en el centro de Maó. Los locales franquicia están situados en Fornells, Son Bou, S'Amarador de Ciutadella y en Gelateria des Born, también en Ciutadella.
Entre las singularidades de este negocio puesto en marcha por Eduard Eroles y Mª Jesús Martí, remarcadas por diferentes revistas del sector en España, está también el tratarse de unas heladerías que en los metros cuadrados que utilizan como terraza exterior no tienen mesas, sino únicamente sillas, que además son del tipo 'cocar-rubia' menorquina. A esta decisión de dejar sólo sillas la tomaron desde el principio, en buena parte con la intención, sin formar círculos de personas en torno a una mesa, de fomentar la tertulia y el contacto con desconocidos y consiguiendo, de forma involuntaria, en cierta manera recuperar aquella tradición tan mediterránea de sentarse al aire libre.
Y todavía otra particularidad de Sa Gelateria, consolidada también a lo largo de estos años y que ha hecho que entre sus trabajadores haya unas mínimas bajas laborales, según apuntan sus propietarios, es su propia política de personal, entre otros aspectos con una plantilla trabajando muchos de ellos entre media jornada y una entera, a través de turnos que en la medida de lo posible se adaptan también a las necesidades del trabajador para permitir combinárselo y conciliarlo también con otros aspectos de su vida personal. Aparte, por supuesto, del éxito que tienen sus productos entre el público y de otros aspectos, éste de tipo laboral es igualmente una de las claves de Sa Gelateria para llevar ya 35 años en este camino, en realidad haciendo un buen calor a partir del hielo, refrescante y endulzando no sólo Ciutadella sino buena parte de Menorca.