Víctor Torrent: "El secreto para ser un buen jefe de sala es amar el oficio"

Víctor Torrent, premio 'mejor jefe de sala de Menorca' por la Asociación de Periodistas y Escritores Gastronómicos de Baleares (APEGIB)

Víctor Torrent: "El secreto para ser un buen jefe de sala es amar el oficio"

C.M / Ciutadella – Víctor Torrent Vivó (Ciutadella, 38 años) es el copropietario, junto a su hermano Alfonso, del restaurante Pinzell (Plaça dels Pins, 4. – Ciutadella -871 027 334), del que es, también, el jefe de sala. La Asociación de Periodistas y Escritores Gastronómicos de Baleares (APEGIB) ha reconocido su trabajo con la concesión del Premio al Mejor Jefe de Sala de Menorca.

Después de cursar el Grado Medio de Restauración en la Escuela de Hostelería del IES Maria Àngels Cardona de Ciutadella, Víctor Torrent inició una intensa carrera profesional que le llevó a trabajar en el Hotel Prinsotel La Caleta, en el quiosco de la Plaza des Born (diez años) y en el restaurante Es Fabiol (ocho años), junto a su hermano Alfonso.

Con la apertura, el 6 de mayo de 2018, de Pinzell, Víctor hacía realidad un sueño y, al mismo tiempo, rendía un homenaje a su hermano fallecido, el artista Pepe Torrent Vivó, traspasado en octubre de 2017 en Pisco (Perú) , a consecuencia de una crisis asmática. Pinzell representa una propuesta original y novedosa en la escena de Ciutadella que no olvida sus raíces ni su origen.

¿Cuál es el secreto para ser un buen jefe de sala?
El secreto es amar el oficio, ser constante y ordenado, algo maniático, y tener las cosas muy claras. Y también, sobre todo, saber transmitir al equipo lo que debe hacerse.

¿Qué importancia tiene el servicio?
El servicio es lo más importante hoy en día. La comida de un restaurante puede ser muy buena, pero si el servicio no es bueno y no estamos cien por cien concentrados en lo que hacemos, no sirve para nada. La gente, lo que se lleva es el recuerdo de cómo los han tratado. Es de eso que se acordarán, no de si la comida era más o menos buena. Si la comida es buena y el servicio es bueno, la experiencia es perfecta.

Viniendo de una familia de artistas, el restaurante no podía tener otro nombre…
Su nombre no es casualidad. Mi familia ha estado desde siempre ligada al mundo de las artes plásticas. El abuelo, Pepe Torrent, fue un pintor reconocido y profesor de la Escola Municipal de Dibuix; mi madre, Carme Vivó, también se ha dedicado siempre a la pintura; mi padre, Carlos Torrent, es un gran amante del arte; al igual que mi hermano, Pepe, al que, por desgracia, ya no tenemos con nosotros. Cuando Alfonso y yo estábamos en Es Fabiol, Pepe siempre me animaba a abrir mi propio restaurante. Lo abrimos en reconocimiento al abuelo, el pintor Torrent, a mi madre y a mi hermano. Empezamos el proyecto en el 2017, cuando Pepe todavía estaba vivo, y lo abrimos en el 2018. Poco antes de abrirlo, Pepe viajó a Perú, con el desenlace que todos conocen.

Joan Salord Roca es toda una garantía en la cocina…
Sin Joan nada sería posible. Ambos estudiamos el oficio en la Escuela de Hostelería del IES Maria Àngels Cardona, donde coincidimos. Mientras yo estudiaba de camarero, él lo hacía de cocinero. Nos conocemos desde hace muchos años. Es un cocinero muy joven que siempre se ha adaptado muy bien a nuestra idea de lo que es el restaurante. Desde el principio quisimos convencerlo de lo que queríamos: una cocina menorquina con muchas salsas que cayesen sobre el plato en forma de pinceladas. En los platos que presentamos hay muchas pinceladas. Toda nuestra propuesta está relacionada con las artes plásticas. Joan ha pasado por Cas Ferrer, por el restaurante Roca Moo -el restaurante de los hermanos Roca de Barcelona con estrella Michelin bajo la dirección de Felip Llufriu-, y por Es Tastet. Es un gran cocinero y amante de la cocina menorquina.

¿Cómo definiría la cocina de Pinzelll?
Realizamos una reinterpretación de la cocina tradicional menorquina con toques de innovación.


¿Cuáles son los platos estrella de la carta?
Quizás el calamar relleno que los menorquines conocemos de toda la vida. Lo hacemos a partir de una receta muy antigua del libro de Fra Roger, El Art de la Cuina, relleno del mismo calamar. Es un plato estrella que siempre nos ha acompañado en nuestras cartas.

¿Qué representa ganar ese premio?
Un reconocimiento al trabajo bien hecho, al sacrificio diario y al esfuerzo de todo el equipo, porque a pesar de tratarse de un premio individual, sin el trabajo de todos mis compañeros no hubiera sido posible. El secreto es, como he dicho, ser muy constante y obsesivo con las ideas del restaurante. Otorga una felicidad máxima al trabajo bien hecho.

¿Qué importancia tiene el interiorismo del local?
Es fundamental porque intentamos que todo esté alineado: el nombre del restaurante, los platos, el producto que ofrecemos -un producto local cien por cien menorquín- y la ambientación interior del restaurante. Los colores son también menorquines. Todo está pensado para que guarde una armonía.